El historietista estaba internado en el Hospital Alemán, donde fue operado del corazón. Tenía 83 años.
García Ferré nació en Almería, España, y a los 17 años llegó a la Argentina, país donde desarrolló su carrera. Su obra se orientó al público infantil creando famosos personajes como Anteojito, Hijitus, Larguirucho, Petete y Calculín.
Pero antes de desarrollar su carrera como historietista, ingresó en la Facultad de Arquitectura y trabajaba como free-lance para agencias de publicidad.
Su primera aparición como dibujante fue en 1952 en la revista "Billiken" con Pí-Pío -que vivía en un pueblo llamado Villa Leoncia, donde aparecerían después Oaky e Hijitus. Años después tomó trascendencia con la creación de la publicación infantil Anteojito, personaje que se había hecho popular con anterioridad, protagonizando una serie de dibujos animados publicitarios para la televisión.
García Ferré también hizo una enciclopedia para niños y jóvenes (El Libro Gordo de Petete), y lanzó otras revistas (Muy Interesante y Ser Padres Hoy).
En 1967 estrenó en televisión la serie de dibujos animados Hijitus, que se transmitió diariamente por El Trece hasta 1974. Fue la primera serie televisiva de dibujos animados de la Argentina y la más exitosa de América Latina, en toda su historia.
García Ferré realizó exitosas películas para niños como Trapito, Mil intentos y un Invento, Ico: el caballito valiente, Pantriste: Corazón, las alegrías de Pantriste, Manuelita.
El año pasado, a sus 82 años, se estrenó su última película, Soledad y Larguirucho, una historia protagonizada por la cantante Soledad Pastorutti, que combinó dibujos y personajes reales
¿Se pueden enganchar hoy los chicos con un personaje tan ingenuo?, le preguntaron el año pasado durante una entrevista con Clarín.
"Mientras al chico le des imaginación, le des aventura y le des personajes buenos y malos... El chico en esencia es bueno, es travieso, pícaro, lo que pasa es que los mayores les informamos con otro método. Y creemos que son más inteligentes, porque les damos mucha más información, pero eso no quiere decir que estén maduros. El chico tiene los mismos móviles siempre: la ambición, el querer, el poseer, el coleccionar... Los móviles de aventuras, de imaginación, de deseos, son los mismos”, respondió.
Durante la misma entrevista, el historietista reveló que Larguirucho “siempre ha sido de esos actores de reparto que se tragan la película, porque es bueno y muy humano”.
Por más de 40 años, el estudio del décimo piso del edificio Apolo, a pocas cuadras del Obelisco de Buenos Aires, fue testigo de las creaciones del historietista.
En 2009, la legislatura de la ciudad de Buenos Aires lo declaró ciudadano ilustre mediante la ley nº3.150.
Fuente : www.clarin.com