La ventaja que lleva consigo respecto a los dos bombas sexy es que La Tota ya carga sobre sus espaldas con 11 sentencias (casi igual que De Bellis), en tres de ellas se salvó gracias al voto telefónico. El hombre se encuentra entre los 11 finalistas y lejos de bajar los brazos, comenzó con una “campaña política”, como a él le gusta llamar, por todo el país para ir juntando votos si es que llega a la instancia del teléfono.
“Martes y miércoles hice campaña en el Gran Buenos Aires. El jueves viajé a Mendoza, el viernes a Tucumán, el sábado a Córdoba y hoy domingo -Día de la Primavera- voy a ir los Bosques de Palermo, voy a estar en los picnics para hablar, sobre todo con los chicos, que son los que más llaman por teléfono para votar. Esto es un juego, por eso se llama ShowMatch, y al igual que en la política, cada uno se defiende con su mejor discurso. Esto yo lo hago por el sueño de mi bailarina y como todo el mundo, uno se tiene que buscar un lugarcito. Uno no puede decir: ‘Mañana me voy y se joden todos’. Hay que tener mucho cuidado porque así se puede perjudicar el sueño, los votos (la gente paga por los llamados telefónicos) y no se puede defraudar a los fieles o seguidores de uno”, sostuvo La Tota.
Jelinek, “la gran estratega”
“Es verdad que soy el único hombre famoso en carrera y Virginia Dobrich es la única soñadora también en carrera. En el buen sentido de la palabra, yo lo tomo todo a risa. Cada uno tiene sus cartas. Insisto que Bailando es un juego. Por ejemplo, lo de Karina Jelinek (en el duelo del merengue y en el ritmo infantil volvió a reemplazarla Marixa Balli) yo no sé si es verdad o mentira. En todo caso, para mí, es una gran estratega. Cada personaje tiene su hinchada y yo creo que la verdadera pelea es en el teléfono. Yo no sé porqué dicen que Jelinek juega sucio si en este juego no hay reglas claras. Cuando Jelinek dijo lo de la cama solar, yo pensé: ‘Esta es una h... de p...’. Pero lo digo en el buen sentido, me reí, pero son las chicas las que están enojadas”, señaló el conductor bailantero.
La Tota es el primero de reírse de sus limitaciones: “Yo sé que no puedo bailar todos los ritmos porque, simplemente, no puedo mover todas las partes del cuerpo y yo me río. Pero no quiere decir que no me tome en serio la competencia. Practico, ensayo y pongo mi mayor esfuerzo. Es más, ahora estoy practicando dos ritmos, el merengue para el duelo y para el próximo ritmo que es la canción infantil”.
Si llega a pasar ambas instancias, La Tota afirmó que no le tiene miedo al acqua dance: “Ya estuve hablando de ese tema con la producción de Bailando. Pueden suceder dos cosas: o que se desborde la pileta y se inunde el piso o que no me puedan sacar de la pileta. No me da miedo, si tengo que bailar en la pileta, lo voy a hacer. Aunque la verdad, no me convence”.
“Es una terapia”
“Para mí ShowMatch es una terapia. Me ayuda mucho tener en qué ocupar mi tiempo. Hoy puedo disfrutar a mi nieto, mi hijo vive conmigo, mi hija está embarazada y tengo a mi abuelo Alberto de 89 años. Hay cosas del corazón que te faltan. Yo tengo un amigo que me dijo que siempre las angustias se van garpando en cuotas y un día sin darte cuenta dejaste de pagar”, señaló una Tota melancólica y afirmó que no lo dice por la ruptura sentimental con Fernanda Vives (quien ya salió de la competencia, pero tiene la posibilidad de volver al repechaje), sino en general.
Santillán es uno de los participantes más agradecidos con Marcelo Tinelli: “No agradezco de chupamedia. Yo no soy así. Pero creo que en la vida uno tiene que ser agradecido. A mí no me paran de llamar para diferentes laburos. Fijate cómo Pablito Ruiz de la mano de Tinelli pudo volver a grabar su disco, lo mismo hizo Serafín Subiri. Uno también suma su granito de arena. Yo me siento muy feliz por esto y ¡ojalá! hubiera estado viva mi vieja para verme así”, concluyó emocionado.
Fuente : www.popularonline.com
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