Ni Tinelli ni el jurado ni el público y ni siquiera sus compañeras podían negar una realidad palpable e irremediable, la titularidad de Marixa era algo imposible de poner en una mesa de discusión. Reemplazó durante los primeros dos meses de la competencia a Sabrina Rojas (lo volvió a hacer durante el repechaje) y le sacó las papas del fuego en tres ocasiones (en los ritmos del jive, merengue y strip tease) a Karina Jelinek.
Hasta el repechaje Marixa había demostrado una gran calidad de baile y actitud que se potencia con su casi perfecta figura a los treinta y pico (como ella misma suele decir sobre su edad), pero en la noche del martes se conoció una nueva faceta: la emoción. Es que Balli se encuentra en el punto de mayor rendimiento en su carrera, hizo un gran aprendizaje de sus 21 años de carrera. “Es que es muy fuerte todo lo que me pasó en mi vida profesional y personal. La respuesta del jurado fue muy linda. A lo largo de mi trayectoria sufrí tres operaciones, dos en en la pierna izquierda y una en la derecha, y todavía siento algunos dolores del choque en la ruta (en el que murió su novio de entonces) sobre todo en la espalda, pero siempre trato de salir adelante. Me siento muy bien, recién ahora puedo decir que estoy psicológicamente más liberada. Juro que a veces me duele el cuerpo, pero el baile siempre me gustó y jamás se me ocurriría dejarlo”.
Sin revanchismos, su enfrentamiento con Adabel Guerrero, quien también reingresó al reality pero en la noche del lunes, apenas hizo ruido y cuando todas se tiraron contra Jelinek, Marixa cumplió con su papel de defender la posición de quien reemplazaba. La bomba sexy logró un gran equilibrio en una competencia llena de obstáculos y polémicas.
“Show sí, pelea no”
“Todavía no caigo de lo que ocurrió el martes a la noche. En el medio de la competencia me fui a México y cuando regreso me encuentro con todo esto. No paro de llorar porque yo ahora veo mi vida como una película en la que me pasó de todo. Estuve postrada en cama y por algunos años no pude bailar, usé un largo tiempo muletas. El ambiente artístico a veces es muy cruel, me sentí agredida, lo sentí como una campaña contra mí. El accidente de auto fue tremendo. En su momento me prohibieron esquiar y cuando me llamaron para Patinando por un Sueño el año pasado fue todo un logro enorme para mí”, señaló con una voz ganada por el cansancio.
“A esta altura de mi vida y de mi carrera a mí no me sirve la pelea, me sirve dar un buen show. Entiendo que por mi carácter fuerte muchos digan que soy peleadora, pero siempre yo salí a la defensiva. Nunca al ataque. Cuando me atacan no me quedo callada. Soy así”, agregó.
El repechaje se opacó por el escupitajo de Sabrina Sabrok contra Jorge Lafauci. Aunque Marixa siente que la conducta condenable de la participante no afectó su performance, pero admitió que le cayó muy mal y que eso repercutió en la prensa para hablar más de lo malo que de lo bueno.
“Yo creo que a veces los programas de chimentos no tienen límite porque en lugar de tapar esta desagradable situación hicieron todo lo contrario. Me parece que hay que ponerse en lugar de los artistas, en este caso al lado de Lafauci. Me parece que había que cuidarlo. Es argentino, es respetado. Me pareció de cuarta que la mayoría de los medios resaltara hasta el cansancio lo de Sabrok. Los participantes sufrimos tanto, por el esfuerzo puesto y por tratar de cumplir el sueño, que no era justo tener que soportar encima esta situación. Siento que la situación se desbordó, pareciera que ahora escupir está de moda. ¡No se puede creer!”, contó Balli y pese a los años que lleva en los medios no sale de su asombro.
Fuente: www.popularonline.com-ar
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