La vedette misionera y su soñador, Jorge Tajomisski, obtuvieron la nota más baja del jazz. Sin embargo, la propia Mariana se encargó de agradecer al jurado su devolución, especialmente, “porque veo que no me tienen lástima”, enfatizó.
“Reconozco que estoy bailando con limitaciones y que lo hago gracias al apoyo y el cariño del público”, dijo, para remarcar que, por eso, “me gusta que el jurado no tenga contemplaciones a la hora de calificarme”.
El 2008 no comenzó bien para la morocha tras su accidente y la pérdida de un embarazo. Sin embargo, una casualidad la arrojó a la pista de “Bailando por un sueño”, algo que estaba lejos de imaginar.
“Había ido a apoyar a Eva (Anderson), que estaba sentenciada. Cuando el jurado la salvó nos fuimos a comer y en la tele del restaurante veo lo que pasó con Lafauci. Ahí mismo le dije a mi representante que quería bailar. Llamé a mi médico y me autorizó, aunque hace veinte días que tuve la última operación en el brazo, e inmediatamente volvimos al canal”, recuerda.
Los profesionales que la asisten le recomendaron extremar los cuidados a la hora de bailar. Pero ella está tan feliz que “pienso que esto es una oportunidad que me da la vida y no la pienso desaprovechar”, explica.
“Volver a trabajar -añade- me da fuerzas para recuperarme y me sirve de terapia. Estuve muy triste estos meses, pero ya me siento bien. Me dio mucha pena ver llorar a Jorgito (el soñador) y lo que hizo Sabrok me pareció absolutamente desubicado y una falta de respeto hacia alguien con la trayectoria de Lafauci. Creo que lo único que le interesó es tener prensa”.
Sin embargo, a Mariana si le interesa el sueño, que apunta a ayudar a comprar los medicamentos que necesita la madre de Tajomisski, que padece de esquizofrenia. Y no la asusta esta sentencia, ya que confía en que el público vuelva a darle un voto de confianza.
La misionera asegura que es una persona humilde y que los difíciles momentos por los que pasó la hicieron valorar las cosas de otra manera: “Se que la gente me apoyó y que pude entrar al certamen dejando afuera a números puestos como De Bellis o Marianela, que son muy queridos. Pero no soy bailarina, soy actriz y se que en cualquier momento me puedo ir”, reflexiona.
Fuente: www.popularonline.com.ar
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