Leonardo Favio falleció a los 74 años.
El genial director de cine, actor y cantante falleció a los
74 años, batallando contra una enfermedad terminal. El dueño de éxitos
como “Fuiste mía un Verano” y de films que quedaron en la memoria popular como el inolvidable drama gauchesco “Juan Moreira”, pasó a la eternidad este mediodía.
Leonardo Favio, nació el 28 de mayo de 1938, en Luján de Cuyo, Mendoza bajo el nombre de Fuad Jorge Jury. Pocos podían saber que, ese día, nacía uno de los embajadores más importantes de la cultura argentina.
Pero si de su carrera hablamos hay que decir que fue cantante y compositor. Se trató de uno de los grandes precursores de la balada romántica argentina que hacía furor en las décadas del 60 y 70, con grandes hits como "Fuiste mía un verano" y "Ella ya me olvidó". En total, fueron más de 25 años de ponerle voz.
Sin embargo, y a pesar de su éxito como músico, quiso seguir investigando otras aristas del mundo artístico y comenzó a escribir guiones. Así fue como llegó a convertirse en uno de los directores de cine de culto del país.
Desde “El Amigo”, un cortometraje estrenado en 1960, empezó una carrera cinematográfica increíble, que incluyó grandísimos clásicos como “Gatica, el Mono” (1993), “Nazareno Cruz y el Lobo” (1975), “Perón Sinfonía del Sentimiento” (1999) (de 6 horas de duración) además del inolvidable drama gauchesco “Juan Moreira” (1973), en el que un joven Rodolfo Bebán brilló como nunca antes.
En 1975, poco antes de exiliarse por la dictadura, Favio estrenó “Nazareno Cruz y el Lobo”, su mayor éxito, con Juan José Camero y Alfredo Alcón, la que se dice que es la película más taquillera de la historia del cine nacional.
Su costado político también fue claramente genuino e importante. Peronista de pura cepa, fue designado para conducir lo que iba a ser una fiesta popular y terminó a sangre y fuego: el regreso de Perón a la Argentina, en 1973. Luego, con la dictadura militar de 1976, Favio debió exiliarse y, con su música, recorrió toda América Latina. Haciendo un impasse en el cine que se prolongó hasta 1987.
En la última década, y ya con un serio problema de salud (polineuritis) que impedía su fácil movilidad, Favio volvió a la carga con un sueño: el de convertir en ballet cinematográfico a “Aniceto”, tal como se llamó el filme protagonizado por Hernán Piquín, con música de Iván Wyszogrod, que ganó nueve premios Cóndor de Plata.
Favio fue un gran actor, un genial cantante y un aún mejor director de cine. Su última aparición pública fue en 2009, en “Los Cóndor de Plata”, que ganó por su última película “Aniceto”. Ese día, Favio soltó: “Nadie podrá decir de mí que fui un desagradecido”, cerró.
Pero si de su carrera hablamos hay que decir que fue cantante y compositor. Se trató de uno de los grandes precursores de la balada romántica argentina que hacía furor en las décadas del 60 y 70, con grandes hits como "Fuiste mía un verano" y "Ella ya me olvidó". En total, fueron más de 25 años de ponerle voz.
Sin embargo, y a pesar de su éxito como músico, quiso seguir investigando otras aristas del mundo artístico y comenzó a escribir guiones. Así fue como llegó a convertirse en uno de los directores de cine de culto del país.
Desde “El Amigo”, un cortometraje estrenado en 1960, empezó una carrera cinematográfica increíble, que incluyó grandísimos clásicos como “Gatica, el Mono” (1993), “Nazareno Cruz y el Lobo” (1975), “Perón Sinfonía del Sentimiento” (1999) (de 6 horas de duración) además del inolvidable drama gauchesco “Juan Moreira” (1973), en el que un joven Rodolfo Bebán brilló como nunca antes.
En 1975, poco antes de exiliarse por la dictadura, Favio estrenó “Nazareno Cruz y el Lobo”, su mayor éxito, con Juan José Camero y Alfredo Alcón, la que se dice que es la película más taquillera de la historia del cine nacional.
Su costado político también fue claramente genuino e importante. Peronista de pura cepa, fue designado para conducir lo que iba a ser una fiesta popular y terminó a sangre y fuego: el regreso de Perón a la Argentina, en 1973. Luego, con la dictadura militar de 1976, Favio debió exiliarse y, con su música, recorrió toda América Latina. Haciendo un impasse en el cine que se prolongó hasta 1987.
En la última década, y ya con un serio problema de salud (polineuritis) que impedía su fácil movilidad, Favio volvió a la carga con un sueño: el de convertir en ballet cinematográfico a “Aniceto”, tal como se llamó el filme protagonizado por Hernán Piquín, con música de Iván Wyszogrod, que ganó nueve premios Cóndor de Plata.
Su último trabajo fue “La buena gente”, uno de los cortos
integrantes del grupo de los dedicados al Bicentenario producidos por la
Secretaría de Cultura de la Nación. ¡Hasta siempre, Leonardo!
Fuente: www.diarioshow.com
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