Entrevista. La actriz y su nuevo filme. En “Malas enseñanzas” compone a una maestra brava. Aquí cuenta por qué cree que la eligieron y habla del éxito de las comedias que protagonizan mujeres.
Hubo un tiempo en que era sencillo ubicar a Cameron Diaz en el mapa cinematográfico. Cuando apareció, a mediados de los ‘90, primero en La máscara y luego en ese exitoso doblete que fue La boda de mi mejor amigo y Loco por Mary , se la describía como una chica rubia, bonita, casi angelical y con dotes para la comedia. A lo largo de la siguiente década ha hecho películas tan distintas -algunas exitosas, como ¿Quieres ser John Malkovich? o Los Angeles de Charlie y otras obviables, olvidables o ni siquiera estrenadas-, que Cameron dejó de tener una imagen más o menos definida en la mente del espectador.
Y ella lo sabe. Es más: uno supone que lo ha buscado. A los 39 años, la actriz admite haber hecho películas “que ni siquiera yo recuerdo” y que no piensa “en términos de imagen o de carrera”. Y tal vez sea por eso que no tuvo reparos en aceptar el papel de Elizabeth Halsey, la impresentable maestra que encarna en Malas enseñanzas , que se estrenó el jueves en la Argentina, y que es uno de los roles más ácidos que le ha tocado interpretar.
En Cancún, en medio de un evento promocional de las películas de Sony (ver Las películas...
), Diaz se reunió con la prensa de buena parte del mundo donde el filme aún no se estrenó (o acaba de estrenarse, como en la Argentina). Alta, flaquísima, de una simpatía que no parece preparada sino natural, con una voz mucho más baja que lo que uno espera, la actriz de Pandillas de Nueva York y En sus zapatos , habló con Clarín acerca del filme y esta nueva etapa de su carrera.
¿Estabas buscando un papel así, más fuerte, zarpado? No, no buscaba nada. ¿Cómo podía imaginar siquiera que existiría un personaje así? Salió solo. Por suerte, el guión me llegó a mí primero. Es un personaje y un guión únicos. Es una mujer que hace cosas horribles y que jamás pide disculpas. Es un personaje que no se redime al final. Es lo que es y eso me encantó.
¿Pero serías amiga de una mujer así? Me gusta, es auténtica. No se disculpa por ser cómo es y eso que hace cosas terribles como mentir, engañar y otras tremendas. Es humana y como tal tiene fallas. Tiene cosas buenas y malas, sólo que la proporción está un poco torcida (risas).
¿Sentís que te parecés en algo a ella? ¿Te identificás con lo que hace? Creo que lo que le falta es conocerse más y tratar de mejorarse. Todos tenemos cosas así, pero tratamos de evitarlas, de no mostrárselas a todos. Yo sé que no soy perfecta, que tengo que aceptar mis fallas. La diferencia es que yo pienso que tengo que mejorar ciertas cosas. Ella, no.
¿Alguna vez tuviste un maestro o maestra tan malo como ella? No. ¿Alguien lo tuvo? No creo... Pero sí tuve un maestro que ponía siempre los pies sobre el escritorio y era divertido, me gustaba, hablaba de sus hijos, era irreverente. Yo tenía nueve años, y me encantaba.
¿Conocés mujeres como Elizabeth? Miles (risas). A lo largo de los años conocí a muchas. Pero lo bueno de Elizabeth es que ella sabe lo que es y no lo oculta. Amy (Judy Punch, su rival en la escuela) la acusa todo el tiempo en vez de verse a ella misma, que hace cosas horribles. Por eso no cae bien. Elizabeth es dura, pero honesta...
¿Improvisaste algo? Por mi papel hay que darle todo el crédito a los guionistas. Ellos la escribieron tal como es. Mi aporte fue personificarla y espero haberle hecho justicia. Jason (Segel) improvisó toda esa discusión sobre Lebron James que es genial y Justin (Timberlake) también (ver Con su ex...
). Lo que yo hice fue elegir su comportamiento. Quería que fuera inmóvil, como una montaña que no podés empujar y que si querés pasarla tenés que dar vuelta a su alrededor. No tiene ironía, no hay humor alrededor de ella. Ella es (hace un gesto con los dientes apretados): ‘metete conmigo, animate’. Esa fue mi elección, mi aporte.
¿Por qué creés que te eligieron para el rol? No tengo idea, tuve suerte. Podría darte diez razones, pero no sé si son verdaderas, o tal vez todas lo son un poco: creativas, financieras, no sé. Lo que sea, yo estoy agradecida.
Y tu gente no tenía miedo de que un personaje así pueda ser intimidante o negativo para tu carrera...
A nadie le importó (risas). No, al contrario, todos me dijeron: “Tenés que hacerla”. He hecho de todo, salté con Tom Cruise de un puente, no sé, no pienso en esas cosas, no me preocupa mi imagen. Es más, creo que no tengo una imagen, no me percibo de una u otra manera. La gente viene y me dice que le gustó tal o cual película. Algunas son más obvias y otros aman películas que ni yo recuerdo haber hecho. La gente ve películas todo el tiempo, no sólo las últimas, y las disfrutan. Es una buena forma de vida la nuestra, vivir haciendo cine. Es divertido y es un privilegio darle algo a la gente para que lo disfrute.
Con esta película y con “Bridesmaids” (en la Argentina se estrenaría en septiembre) se habla del éxito de las comedias con mujeres, un género habitualmente reservado a los hombres.
¿Cómo ves esa tendencia? Me cuesta ponerme la camiseta de “¡Hey, vamos las chicas!”. No es lo mío. Me parece que mi personaje gusta porque es humano, no porque sea mujer. Las chicas de Bridesmaids son todas fenomenales y vienen siendo divertidas hace una década, semana tras semana, en Saturday Night Live : Maya Rudolph, Kristen Wiig. Sabemos que son talentosas. Esta vez hicieron una película con comediantes de SNL que no son hombres y no basada en un sketch del programa y salió muy bien. Es ingeniosa y es relevante para el público femenino. Me encanta, pero no por ponerme feminista...
Pero abre más opciones a otros filmes así, y que no sólo sea “¿Qué pasó ayer?”...
Es verdad. Pero también las comedias con hombres tienen una mujer en el centro, no pueden contarla sin nosotras.
¿Qué pasó ayer? está motivada por una boda... Lo bueno del éxito de Bridesmaids es que no esté el asunto tan desbalanceado para un lado. Le da más variedad al mercado que la gente sepa que la protagonista puede ser una chica. Y que hay público para ver comedias sobre lo que sienten las mujeres y lo que les divierte.
Fuente : www.clarin.com
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