Un arma en manos del asesino Mark David Chapman descerrajó los cinco balazos con los que hace 30 años se truncó la intensa, prolífica y movilizadora vida de John Lennon, el artista que dotó al rock de un componente ideológico y testimonial capaz de resignificar la manía planetaria que vivió como parte de Los Beatles.
Si Los Beatles cambiaron para siempre a la cultura mundial, Lennon consiguió sobrevivir al final del más influyente grupo de la historia del rock para encontrar en la estética rockera un vehículo capaz de denunciar injusticias y miserias.
Ya sin sus compañeros Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr con quienes urdió las músicas que modificaron la banda sonora de la humanidad, el creador nacido el 9 de octubre de 1940 en Liverpool siguió apostando a la música como poderoso medio expresivo.
Unido a la controvertida, incondicional y talentosa Yoko Ono, John resignificó su obra musical y a la vez que cargó contra la invasión estadounidense a Vietnam, abogó por la paz y supo endurecer tanto el sonido de su guitarra como el tono de su poesía.
Toda esa potencia, esa exposición -en tiempos donde ni siquiera existía el término “mediático”- y el filo de esa obra de una intensidad inusitada, fueron los que el arma en manos de Chapman quiso callar, cuando Lennon acababa de editar su álbum "Double Fantasy", con un sonido renovado y neoyorquino, y con el que dejaba atrás cinco años de silencio.
Los disparos en la entrada del edificio Dakota House -donde el músico vivía con Yoko y su pequeño hijo Sean- todavía resuenan como una señal macabra que, de todos modos, no consiguió acallar los ecos de un artista inmortal que fue construyéndose a fuerza de talento, empeño, rebeldía y sagacidad.
La conmovedora y cruda agudeza de sus canciones en solitario -que plasmó en placas como "John Lennon/Plastic Ono Band" (1970), "Imagine" (1971), "Some Time in New York City" (1972), "Mind Games" (1973), "Walls and Bridges" (1974), "Rock `N` Roll" (1975), "Shaved Fish" (1975) y "Double Fantasy" (1980)- fueron vistiendo adecuadamente una postura que fue más allá del hippismo en boga en aquellos años.
Pero aún con su elocuente y subrayada actividad política, Lennon no pudo desligarse por completo de las humanas contradicciones de ser un "chico de la clase trabajadora" que se convirtió en millonario a los 25 años.
Fue un poeta iluminado, un fantástico hacedor de melodías y un personaje de cuento que en su camino capaz de emparentar la vida y el arte, desnudó sueños y miserias, amores y odios, y una apacible rabia en pos de intentar construir el mundo mejor que describió en "Imagine".
Fuente : www.diarioshow.com
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