Las melancólicas melodías de Coldplay se convirtieron en uno de los acontecimientos musicales de los últimos años, ya que el cuarteto británico, una de las referencias de la escena actual, logró colmar el estadio de River en su segunda y esperada visita a la Argentina. Las 63.000 localidades agotadas para presenciar el inicio del tramo latinoamericano del Viva La Vida Tour ratificaron la expectativa por apreciar el presente de una de las bandas emblema del brit-pop que marca el pulso al rock de estos tiempos. Si tres años atrás Coldplay propuso tres conciertos de carácter intimista en el Gran Rex, el tránsito del teatro del centro porteño al estadio de Núñez incluyó un impactante trabajo de puesta en escena capaz de justificar la mudanza. Una gran pantalla de fondo, otras pantallas interactivas y pasarelas desprendidas del enorme tablado para adentrarse en el ojo de la multitud, se sumaron a un sonido impecable y poderoso que exhibió por qué el grupo goza de un presente de prestigio planetario. Con ese piso tecnológico y un vestuario modernamente inspirado en La libertad guiando al pueblo, de Delacroix, la propuesta liderada por la voz de Chris Martin hechizó a una audiencia mayoritariamente juvenil y absolutamente en autos de lo que iba a apreciar. Una llovizna tenue y esporádica se sumó a la puesta de arriba y de abajo del escenario sumándole un matiz inquietante a un repertorio de unas 25 canciones basado en clásicos de sus álbumes Parachutes, A Rush of Blood to the Head y X&Y y, fundamentalmente en el más reciente Viva la vida or Death and All His Friends. La devoción del público no se hizo esperar y quedó de manifiesto apenas Coldplay abrió la velada, poco después de las 21, con Life in technicolor, Violet hill y Clocks, pero uno de los momentos más calientes llegó casi enseguida con el hit Yellow. Fuente : www.popularonline.com.ar
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