Oro respaldó a su hermano y le dictaron quiebra e inhibición de bienes.
El popular conductor habría sido garante de deudas de su hermano y ahora estaría inhibido.
No hay duda de que éste no es el mejor año del conductor radial Oscar González Oro. No sólo su popular programa matutino en Radio 10 se vio por primera vez amenazado en el rating por Chiche Gelblung, de Radio Mitre, sino que ahora resulta que el Juzgado Comercial Número 13 le habría decretado la quiebra y la inhibición general de sus bienes, en medio de una disputa legal que mantiene con Armando, su hermano mayor, de 61 años, de quien se ofreció como garante en sus deudas alrededor de un negocio de exportación de minerales.
Además el Negro se enteró recientemente de la incorporación a la emisora de Alejandro Fantino, lo que le significará el recorte en una hora de su espacio. Ahora González Oro amaga con abandonar ese dial. Todas estas informaciones fueron vertidas ayer por un matutino y reproducidas por el portal
Como si todo esto fuera poco, semanas atrás la habría pasado muy mal en el festejo de la esposa de Daniel Hadad, celebración interrumpida por ruidos que muchos atribuyeron a balazos de unos desconocidos.
En los últimos tiempos, una sucesión de hechos infortunados amenazó la estabilidad personal y emocional de González Oro. La noticia de la muerte de Romina Yan lo dejó en estado de shock por lo inesperada y también por esa amistad entrañable que lo une a la familia Yankelevich.
Muchos contratiempos
Pese a que conserva su liderazgo en audiencia de AM en su franja y que es habitualmente contratado para conducir eventos de diversa índole, aparentemente un juzgado dice que está en quiebra. Tras esta seguidilla de contratiempos y adversidades, Oro cayó en un pozo ciego con las sospechas que se levantaron en torno a “la falta de documentación fehaciente sobre los honorarios que percibe como periodista”, según publicó el diario Perfil.
Ahora se encuentra en la mira de una serie de acreedores damnificados por los negocios de su hermano, quien respondió con su patrimonio frente a una deuda de casi 400 mil pesos.
Dos años atrás, el locutor afirmó que su hermano y un sobrino habían abusado de su confianza para firmar cheques y liquidar negocios en su nombre. Sin embargo una luz de esperanza asoma en el presente del conductor, ya que según expresaron fuentes judiciales habría resuelto sus deudas con una buena parte de los acreedores.
Mientras tanto González Oro apuesta a revertir un 2010 olvidable. Cariño de público y oportunidades laborales seguro no le han de faltar.
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