En toda la sorprendente y estremecedora historia que se viene desarrollando desde hace un mes, cuando murió Michael Jackson, ha habido pocas cosas risibles y, seguramente esta lo será: en su testamento el cantante le deja dos millones de dólares a su amado chimpancé Bubble, quien en su casa Neverland tuvo baño y dormitorio privado y comía con él en su mesa.
Sin duda será una nueva fuente de disputas porque como es obvio, el animal no tiene capacidad de administración y por lo tanto deberá nombrarse a alguien que conozca de chimpancés física y psíquicamente.
En los Estados Unidos es casi una tradición que algunos millonarios solitarios y excéntricos dejen sus fortunas a sus mascotas, quienes a su vez eran puestas bajo el cuidado humano, pero desde hace unos años muchos jueces de aquel país hacen lo siguiente: determinan y aseguran una renta para que el perro, gato, loro o lo que sea, viva todo lo que le quede de vida del mejor modo y el resto (la mayor parte) vaya a instituciones de caridad.
En todas partes...
Las autoridades de Los Angeles iniciaron una investigación en la oficina forense del condado para determinar si algunos empleados divulgaron ilegalmente o vendieron información relacionada con la muerte del cantante Michael Jackson, informó ayer la prensa local.
“Las autoridades quieren determinar, con seguridad, que no haya ocurrido algo ilegal”, dijo el portavoz de la jefatura de Policía, Steve Whitmore.
La Junta del Condado, que ordenó la investigación, iniciada la noche del viernes, también pidió una auditoría de la oficina forense, señaló Mark Ridley Thomas, miembro de ese concejo.
El Times de Los Angeles indicó que a los miembros de la Junta les disgustaron las descripciones detalladas del cadáver de Jackson publicadas en tabloides británicos y en The New York Post antes del funeral, el pasado 7 de julio.
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