Ya están haciendo rancho aparte. Cada uno por su lado se están mostrando últimamente Fernanda Vives y su marido, el futbolista Sebastián Cobelli.
A menos de tres meses de haberse casado por civil y por Iglesia, la ex de La Tota Santillán y el jugador ahora prefieren salir con amigos antes que con su pareja, y ya se habla de que el matrimonio está a punto de naufragar, según comentó Rodrigo Lusich en el programa radial Edición Chiche, de Radio Mitre.
Muy lejano parece el día en que Fernanda llegó a la iglesia en un carruaje de época con dos caballos blancos. Allí la esperaba el novio, emocionado, en una parroquia colmada de amigos, familiares y famosos. La fiesta la hicieron en un salón palermitano, donde tocó Ráfaga. “Me lloré todo”, dijo Fer.
Vives y Cobelli se casaron por civil el 16 de junio pasado y tres días después lo hicieron en la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en la zona de Palermo.
Dos corazones rotos
En esa oportunidad, Fernanda, vestida por Claudio Cosano, partió del hotel Faena con su padre Rogelio Vives, en un carruaje de época con dos caballos blancos hacia la iglesia.
Llegó a las 21, donde el novio la esperaba en el altar, super emocionado. La iglesia estaba colmada con infinidad de amigos, familiares y famosos, como así también futbolistas.
A la salida, la más emocionada era la novia, que recordó a su fallecida madre y dijo: “Me lloré todo en la ceremonia”. Luego se trasladaron al salón Palais Rouge, ubicado en la intersección de Salguero y Honduras.
La recepción estuvo animada por un Chaplin y había dos barras de tragos tanto en el primer piso como en el salón principal. Sin embargo, hoy, a menos de 90 días, lo que pareció un cuento de hadas se está convirtiendo en un drama con dos corazones destrozados.
Fuente : www.popularonline.com.ar
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