Charly volvió para alegría de sus fans.
Capaz de resurgir y reinventarse aun a pesar de una maquinaria publicitaria capaz de igualarlo y devorarlo todo, Charly García celebró anteanoche sus 58 años, desplegando gran parte de su notable repertorio, que cantó como nunca para brillar como siempre.
Ante un estadio de Vélez repleto y con la involuntaria participación de la lluvia y el viento que suplieron a la puesta urdida por Pichón Baldinu, García se dio el gusto de regresar tras un tiempo oscuro y difícil, y mostró que la mejor terapia es su música.
Alegría entre el dolor
En un año desolador para la música popular argentina que perdió a figuras de la talla de Mercedes Sosa y Suma Paz, el artista rockero recogió el guante de semejantes ausencias y revivió a partir del fuego sagrado de una obra a la que no diluyó ni el llamativo temporal que se abatió sobre la ciudad.
Canciones de toda su historia en solitario desde 1982 y apenas la referencia a Seru Girán en el resignificado testimonio de “Llorando en el espejo”, bastaron para que Charly lo hiciera de nuevo pero desde otro lugar.
El creador que era capaz de romperlo todo, tocar un rato, salirse del escenario o rockear por horas en una suerte de aquelarre que formó parte de su universo estético, ahora está sedado y medicado, pero el poder de su obra es un elixir que lo mantiene a punto para disfrute propio y de un público que lo adora.
No hay estrategia de marketing que resista tanto peso propio. Charly está de regreso, sus canciones volvieron a hacérsele carne y sólo hace falta aprender a escucharlo otra vez para que siga marcando el camino.
Fuente : www.popularonline.com.ar
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