domingo, 12 de septiembre de 2010

Fue un alivio haberme ido de la televisión


“boluda total”, la creacion de alberti que no dice mas malas palabras.

Junto a Capusotto y Casero creó una nueva manera de hacer reir y pensar.
Totalmente dedicado al teatro.-y al humor- presenta una “novedad”: un espectáculo donde no se menciona a ningún mediático y no se dicen groserías, lo que no es poco.
No es sencillo escapar del humor clásico y tradicional. No caer en la obviedad, implica un gran esfuerzo. Justamente, en este espectáculo (Boluda Total) escribí el guión junto con Laura, mi mujer, quien me ayudó a no caer en lo establecido, es decir no nombrar a ningún mediático, no decir ninguna mala palabra y no hablar de drogas”, comenta Fabio Alberti sobre su obra teatral, toda una nueva experiencia, que le permite descubrir aspectos poco conocidos sobre la interna de la televisión y con sinceridad brutal se manifiesta contra las perversas reglas del juego que dictan algunos de los encumbrados personajes que manejan el mundo televisivo.

-¿Cómo resulta la tarea?
-Agradable, porque me exigió eludir la comodidad e ir hacia otro lado. Para no abrevar en los facilismo hay que ser creativo. Yo apunto a un público adulto. Los que me vienen a ver son personas de entre 25 y 45 años y, sobre todo, muchas mujeres, lo cual está muy bueno porque es difícil lograr un humor para la mujer.
-¿Por qué?
-Porque, en general, el hombre es el que se ríe y la mujer lo acompaña. En este caso, la mujer toma la iniciativa.
-¿La iniciativa femenina en su caso está dada por el personaje que interpreta?
-Sin duda y no es frecuente poder lograr eso.
-¿Cuál es su mirada sobre el humor que se está haciendo hoy en nuestro país?
-No veo cosas demasiado nuevas o que me sorprendan. No noto un nuevo lenguaje.
-Sin caer en falsas modestias, ¿cree que usted, junto a Diego Capusotto y Alfredo Casero, abrieron un camino por el que nadie más transitó?
-Sin duda, pero eso fue en Cha, cha, cha y pasaron casi veinte años. Lo increíble es que eso siga funcionando y teniendo ritmo, Espero que las nuevas generaciones aporten algo diferente.
-¿Vislumbra alguna señal en esa dirección?
-No, pero en algún lado deben estar los creativos.
-Los nuevos talentos aseguran que los productores de tevé afirman que no hay gente nueva en el humor, pero los guionistas y los actores, que transitan este género, sostienen que en la tele no tienen espacio, ¿cómo se explica esa ecuación?
-Los productores de tele van a lo seguro, a lo probado. De hecho, Pol-ka sigue haciendo la misma tira hace 20 años. En lugar de hacer a un sodero hacen a un camionero y listo. Quizás, en algún momento, eso fue novedoso por la manera en la que estaba realizado, pero hoy Pol-Ka hace chorizos. No apuestan a algo distinto.

Manejos deleznables

-Volviendo a la tele, ¿se siente conforme con el papel que jugó en el ciclo o pensaba que daba para mucho más?
-Existió un montón de cosas que creí que se iban a poder hacer, pero finalmente advertí que era como tirar margaritas a los chanchos.
-Ese no era el lugar para hacerlas.
-No era el lugar, ni el horario y nadie iba a entender lo que uno podía proponer desde otro sitio. Además, la tele siempre te va llevando para cualquier lado. Terminar con ese ciclo, de alguna manera, para mí fue un alivio.
-¿Cuál es la razón?
-Es que no me interesaba realmente levantarme cada mañana y ver quién se peleó el día anterior en la tele.
-Esto de que la tele es una máquina de picar carne, ¿es así?
-No sé si es una máquina de picar carne, pero de lo que estoy seguro es que existe un manejo deleznable para con las personas. Nadie da la cara, nadie te llama por teléfono para decirte: “Che, el lunes no vengas a trabajar porque el programa no sale al aire”, eso es francamente vergonzoso.
-Después de tantos años en el medio, ¿no sabía cómo venía la mano?
-Pará, yo no estoy rogando: “No me levantes el programa”, simplemente estoy diciendo: “Avisame”. Hablo de que yo no tengo por qué enterarme por los diarios o por el portal de Internet que me levantan un programa. Eso habla muy mal de la gente que trabaja en el medio y de esta pelotudez que se denomina las reglas del juego.
-¿Quién pone las reglas del juego?
-Los que manejan el juego y quieren que juegues como ellos quieren que juegues. No son reglas consensuadas.
-¿Los laburantes de la tele juegan siempre de visitantes?
-No tengas dudas. Los que dictan las reglas son los dueños de la cancha y de la pelota.
-Y usted, ¿reaccionaba?
-Por supuesto, yo les decía: “Esas reglas de juego las pusiste vos, no yo. ¿Por qué tengo que jugar con tus reglas?”.
-¿Y qué le respondían?
-Nada, como siempre.
-Imagino que adaptarse a esa situación debe haber sido complicado, aunque, por otra parte, intuyo que usted entró sabiendo a qué se exponía, ¿o me equivoco?
-No te equivocás, por eso no me arrepiento.
-¿Cómo le resulta esta experiencia teatral?
-Muy buena. Ojalá continúe todo el año. Por suerte, hasta la fecha el “Chacarerean” se llena. La experiencia con el público es bárbara. Hay gente que viene relajada a divertirse y está el turro de la primera fila que parece decirte: “A ver, haceme reír”. A veces hay públicos más fríos pero, por suerte, la risa se contagia. Por otro lado, en el espectáculo cuando sale Coti todos gritan: “Boluda, boluda”. Ir al teatro y poder gritarle al actor “boluda”, es maravilloso. Ojalá yo pudiera ir a ver a Alfredo Alcón y gritarle “boludo” (risas) con total libertad.
-¿Cuáles son sus próximos pasos?
-De acá me voy al teatro (risas). Seguiré generando cosas. Ya le armé el blog a Coti www.laboludatotal.blogspot.com y está bárbaro. Por ahora eso, nada más.



Fuente : www.popularonline.com.ar



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