Susana dijo basta y eligió distanciarse de su pareja, cansadas de los rumores.
Como se veía venir la relación entre Susana Giménez y Jorge Rama había llegado a un impasse en el que el círculo íntimo de la pareja ya anunciaba la separación. Los hechos constataron esta hipótesis en esta semana cuando la diva de los teléfonos habría retirado de su mansión en Punta del Este todos los elementos del empresario uruguayo.
Todo habría ocurrido en la máxima discreción. La última vez que se vio a la pareja junta fue en el casamiento del productor-conductor-empresario Gerardo Sofovich a fines de abril pasado. Desde entonces nunca se los volvió a ver cerca. Incluso en el momento que la conductora que más lo necesitaba a su lado, Rama no estuvo. Fue cuando operaron de la cadera a la diva.
En aquel entonces el gran comentario fue la ausencia casi inexplicable del empresario en el momento previo y posterior de la intervención quirúrgica, que se decidió de manera programada con el equipo médico que atiende a Susana. Lo cual le daba tiempo a Rama para organizar su trabajo y seguir la operación al lado de su pareja.
No ocurrió así. Fiel a su perfil bajo en los medios, Rama calló. En realidad, tampoco sufrió el acoso periodístico. Susana tras el alta médico, apenas permaneció 24 horas en el nosocomio, justificó el faltazo de Rama debido a las obligaciones laborales de Rama en su país de origen.
Como la pareja estaba sorteando una fuerte crisis se entendió la ausencia de Rama. Dicen que dicen que el alejamiento habría sido por pedido expreso de la misma diva. Ella en varios reportajes había confesado que la pasión se iba apagando pero que iba a apostar a salvar la pareja.
Sin retorno
La crisis estalló cuando en una revista de Uruguay una revista publicó en la tapa los negocios non sanctos de Rama relacionados con el fútbol, en el rubro de la venta y compra de jugadores, y dinero proveniente del narcotráfico y que para colmo lateralmente involucraban a la diva. En la nota se afirmaba que Rama le habría pedido dinero a Susana para entrar al negocio y que ella no podría estar ajena al destino de la plata.
Antes de saltar hecha una furia, el mismo Rama se acercó a la redacción de la revista Caras y Caretas para desvincular a Susana y para aclarar los tantos sobre los negocios que el fútbol genera. El asunto salpicó a la diva y la prensa argentina se hizo eco de lo publicado en Uruguay.
Susana habló una sola vez del tema para aclarar su posición firme e irreversible. Le inició acciones legales por calumnias e injurias. “Yo jamás me metería en los negocios del fútbol. Lo mío es otra cosa, las compras y la tele”, sostuvo respecto a los negocios de quien fuera su pareja.
En ese momento también reconoció la existencia de una crisis de pareja y que sólo el tiempo decidirá qué ocurrirá. Lo cierto es que desde la escandalosa nota en la revista en cuestión a los dos se lo vieron en pocas ocasiones juntos. Para recuperarse de la operación de caderas, Susana llegó a Punta del Este en compañía de una amiga y, en cambio, a Rama nunca se lo vio cerca de la diva.
Cuando el empresario uruguayo intentó visitar a Su en su mansión, la diva lo habría echado con todas sus pertenencias en la calle. Dicen que dicen que en el círculo familiar de la diva quien más querría que la relación llegase a su fin era la hija de Susana, Mercedes. En el último a la heredera no le habrían caído bien algunas conductas de Rama.
Fuente : www.popularonline.com.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario