Se largó la campaña. No la campaña oficial por las elecciones de junio, que en realidad había empezado mucho antes del cambio de fecha. No, la de Gran Cuñado, que en cuanto empezó demostró tener una capacidad de injerencia en la cuestión pública mucho mayor de la que se imaginaba a priori. El reality de ShowMatch le dio más pimienta -por si hiciera falta- a la carrera por la votación de cargos legislativos, a la que unos y otros le dan una importancia bastante superior.
El sábado pasado se cerraron las listas de la competencia real y el lunes comenzó la pulseada por Gran Cuñado. Los políticos decretaron el estado de alerta. Se dice que hubo algunos llamados a Ideas del Sur -la empresa productora de ShowMatch y de su segmento Gran Cuñado- y luego catarata de declaraciones de los invitados sobre lo que había salido en pantalla.
No sólo el reality habla de lo que hacen los políticos. Ahora los políticos también hablan de la televisión. Algunos hasta compartieron cámaras en diversos programas con sus imitadores. Resultó extraño ver a los candidatos en ciclos de chimentos. Pero, se sabe, en campaña todo puede suceder.
Frente a frente
Las repercusiones fueron notables. Habló el ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, Aníbal Fernández y el candidato a diputado nacional por Buenos Aires Francisco de Narváez compartió con su imitador en un programa de su canal, América.
Los políticos siguen de cerca el programa por el gran rating que obtuvo -32 puntos promedio- y porque lo viven como un anticipo de lo que puede pasar el 28 de junio. Piensan, además, que el tono de las caricaturas de la troupe de Marcelo Tinelli incline a parte de los votantes para uno u otro lado.
La cuestión es que el mundo político se convulsionó con la parodia escrita por Pablo San Martín y colaboraciones de Nik.
También trascendió que Julio César Cleto Cobos se enfureció con el programa. No faltó a la ronda de declaraciones tampoco Luis D’Elía. La presidenta Cristina Fernández, por su parte, se limitó a decir que no había visto el ciclo cuando los medios le preguntaron por Gran Cuñado. Prácticamente los diecinueve imitados se refirieron al programa.
La gran duda es cómo incide en las decisiones del cuarto oscuro lo que ocurre en un programa de humor. Un programa de humor que encabeza las tablas de rating de cada día.
Algunos analistas creen que las imitaciones que refuerzan tics y exageran características negativas de cada político puede tener influencia en la votación. Otros lo ponen en duda. Por si acaso, los políticos no le pierden pisada al ciclo.
¿Irse o seguir?
Se supone que todos querrán sobrevivir lo máximo posible en Gran Cuñado. Pero también está la posibilidad de que quieran egresar de la casa lo antes posible ya que la repetición semana tras semana de una caricatura podría ser más perjudicial que simplemente salir o no estar.
Hasta donde pudo averiguarse nadie llamó a Ideas del Sur a pedir que lo eliminaran lo antes posible. En realidad lo que se hizo fue opinar y en algunos casos mostrar disconformidad con algunos pasajes. Mientras algunos refunfuñan por lo bajo, otros salieron a decir lo que pensaban en los medios. No faltaron los llamados telefónicos para tratar de averiguar características de los personajes y atisbar cómo vendría la cosa.
Una vez que salió al aire, Aníbal Fernández fue de los que expuso sin problemas su opinión públicamente. El ministro es uno de los imitados, pero su comentario clave fue sobre Cristina. Dijo que a su juicio en la caracterización de la Presidenta hubo “excesos”. También reconoció que la imitación de Cristina tuvo pasajes “bien logrados”, pero indicó que algunas cosas deberían “regularse”.
Mauricio Macri dijo que se rió, especialmente cuando hablaban los otros personajes e intentó mostrarse superado al deslizar que lo que no le agradó fue que le pusieran “tantas canas”. Después también criticó al decir que “algunas cosas se exageran”. Su aliado De Narváez indicó que se rió sobre todo con la imitación de Macri.
De Angeli dijo que su imitador “tiene humor” y se esperanzó con que Gran Cuñado pueda contribuir al diálogo. “Lo que pasa en la casa de Gran Cuñado puede ser un ejemplo para empezar el diálogo entre nosotros.” Luego del llamado a la tranquilidad del titular de la Federación Agraria de Entre Ríos, calificó como “vergonzosa” la actitud del gobierno por un no confirmado rumor de presiones a Tinelli.
D’Elía es de los que no creen que “un programa cómico influya en la opinión política de la sociedad”. De lo que no quedan dudas es sobre que el programa se metió en la clase política, como prueba las palabras que pronunció el testimonial Sergio Massa en una reunión de gabinete. “Soy Mariano Iúdica”, dijo en referencia al actor que lo imita. Todos entendieron, señal que Gran Cuñado picó.
Fuente: www.popularonline.com.ar
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