Guido Süller está impresionado por las extrañas manifestaciones que se registran en su casa.
Las vidas de los hermanos Silvia y Guido Süller son públicas desde hace años. La gente sabe al detalle de sus historias, con episodios de alegrías y muchos otros de tristezas. Ahora, el nuevo capítulo se relaciona a espíritus negativos, ruidos extraños, lamentos en horas de la madrugada y árboles completamente secos. El motivo fue la profunda depresión que padeció la artista años atrás, dejando la casa de Guido completamente “embrujada”. El caso demuestra que estas situaciones ocurren de manera permanente, sin importar el origen o posición social de las víctimas.
“Hace poco más de dos años, mi hermana Silvia atravesaba por un período muy negativo de su vida. Yo no sabía cómo ayudarla, tenía tenor de que cometiera alguna locura, por la profunda depresión que tenía. Así que la invité a vivir a mi casa, y estuvo alojada durante unos tres meses en una habitación del piso superior. Allí pasó momentos realmente feos”, contó el propio Guido.
Por ese tiempo, Silvia fue noticia y motivo de preocupación cuando su mucama la encontró inconsciente en el departamento que la ex esposa de Silvio Soldán tiene en la Ciudad de Buenos Aires, con rastros indudables de lo que fue un intento de suicidio. Estaba rodeada de sangre, y con restos rotos de frascos de perfume. Fue internada de urgencia en la Clínica del Sol y derivada a un centro neuropsiquiátrico, donde permaneció un mes, hasta que fue dada de alta.
“Estaba encerrada, las 24 horas del día. Fue muy duro, difícil -contó Guido al programa Impacto 9-. Yo le dejaba la bandejita con comida y bebida en la puerta, en el piso, porque ni siquiera me contestaba cuando golpeaba la puerta. No quería hablar con nadie, ni siquiera conmigo. Yo pasaba al rato, y verificaba que la bandeja no estuviera. Lo único que me importaba era que se alimentara”.
Así las cosas, pasado el período de “duelo” de la ex vedette, Guido indicó que “al irse, esa habitación quedó con vibración negativa, y no se fue nunca más”. En ese sentido, explicó que “el árbol que da a la ventana de esa habitación, siempre hermoso y fuerte, de pronto se secó, para jamás volver a dar siquiera una hojita”.
“Silvia se aisló del mundo, por completo. Cerraba la habitación con llave, era una zona inexpugnable para nosotros. Pasamos momentos dramáticos. Por ejemplo, un día la veo en el fondo de la casa, haciendo una enorme fogata. Cuando me acerco, veo que eran sus cosas de cuando trabajaba como vedette. Me desesperé para rescatar todo lo que podía, porque son cosas muy valiosas, además del factor sentimental. Yo soy un gran admirador de Silvia, y no podía permitir que hiciera algo así. Junté todo lo que rescaté y lo puse en el guardarropas de su habitación, donde sigue estando”, explicó Guido, agregando que “se trata de vestidos, lentejuelas o plumas de un valor incalculable”.
“Los crujidos son contantes. Los escuchamos todos, pero es peor en horas de la madrugada. En ocasiones, siento un murmullo, como un llanto terrible, que te hiela los huesos. Creo en la energía, positiva y negativa. Está claro que aquí hay mala vibración, o espíritus negativos, que quedaron impregnados por la depresión de Silvia”, dijo Guido.
También relató que “la habitación está cerrada y no entra nadie. Sentimos que no tenemos que entrar allí. Silvia, incluso, había desplegado una cortina negra en la ventana, pegada con cinta de embalar, para que ingresara la luz. Estaba todo oscuro”.
En el marco del informe televisivo, conducido por el periodista Roberto Menna, se hizo presente en la finca de Guido el parapsicólogo Antonio Las Heras, quien inmediatamente detectó “la mala vibración del lugar”, explicando que “la desarmonía general de la casa se fundamenta en el mismo origen depresivo de Silvia”.
Fuente : www.popularonline.com.ar
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