Susana Giménez, Moria Casán junto a Cacho Castaña en 2008. Fue la última vez que las divas aparecieron en televisión.
La vedette y actual jurado en Bailando 2010, Moria Casán, volvió a la carga contra su ¿ex amiga? Susana Giménez y sentenció: “Susana no es mi amiga, no me quiere”, según publicó ayer el sitio pronto.com.
Así de categórica fue Moria y otra vez salió “con los tapones de punta” para seguir con sus ataques a la diva de los teléfonos.
Todo indica que Casán se habría cansado de algunas amistades y habría decidido romper con la relación amistosa de más de 30 años que cultivó con Susana Giménez.
La vedette volvió a manifestar que debido a la frecuente indiferencia que tiene Su hacia ella, ésta -al parecer- tiró todos los años de amistad por la borda y expresó, con su estilo tajante, que nunca fue su amiga y ni la quiso.
¿Ruptura sin retorno?
Como es su costumbre, Moria Casán volvió a mediatizar su pelea con Susana y para ello no tuvo mejor idea que visitar los estudios de América para descargar su artillería en el programa Intrusos en el Espectáculo.
En una larga charla en Intrusos, la mediática vedette habló de todo. Pero uno de los temas calientes fue, sin duda, su ruptura con Susana Giménez, con quien, además, no tendría intenciones de amigarse.
Entre sus muchos comentarios, Moria Casán señaló: “Yo me cansé de ir a programas donde no hay una devolución de afecto ni de respeto (...). Iba a su casa, a sus fiestas, y ante cualquier invitación mía ella nunca vino”, disparó.
En otro pasaje de su testimonio, Moria aseguró: “Ella no es mi amiga, no me quiere”. Y, con evidente muestra de fastidio, agregó: “Todas las veces que me invitó fui y ella nunca aceptó una invitación mía: ni al teatro, ni al cumpleaños, no tuvo tiempo en 30 años”, concluyó.
Se venía la pelea
Pero esta historia no es nueva. El primer indicio de la crisis de amistad que viven por estos días las dos divas tuvo su manifestación hace unos meses cuando las dos coincidieron en un restaurante a la misma hora.
En aquella oportunidad, y a escasos metros de distancia, ninguna de las dos atinó a saludar a la otra. Ninguna se levantó para ir a la mesa de la otra y saludar. Ni siquiera a lo lejos, con un gesto que podría sintetizarse con una mano levantada. Nada de eso ocurrió.
Por supuesto que las dos salieron separadas y a distintos horarios, lo que hace suponer que ninguna tenía la intención de verse ni saludarse ni, mucho menos, compartir la mesa, que es lo que podría esperarse de dos amigas de tantos años.
Todo indica suponer que la pelea ya estaba instalada y que el alejamiento ya existía entre ambas. ¿Los motivos? sólo ellas los conocen.
Fuente : www.popularonline.com.ar
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