Las mujeres lo utilizan no sólo para el encuentro con su pareja sino
también en reemplazo del gimnasio. Los detalles de un fenómeno que explotó en el mundo y también en la Argentina. Hay certamenes como cualquier disciplina deportiva.Abajo una reciente
competencia en Buenos Aires.
Desde la explosión del baile del caño en ShowMatch, amas de casa, profesionales y jovencitas comenzaron a sentir interés por esta disciplina que combina el erotismo con el deporte.
No hay límite de edad: todas quieren aprender el pole dance y los cursos hacen furor a lo largo y a lo ancho del país, gracias a que la demanda es cada vez mayor.
Pasa que “lo último” en el mundo del fitness no es Pilates ni la gimnasia aeróbica, sino esta disciplina que armoniza “el deporte con la sensualidad”, según explicó Mariana Legareta, que se dedica al tema desde hace tres años “cuando decidí buscar un tipo de entrenamiento diferente, porque la gimnasia me aburría”, aclaró.
Fue así como puso su propia academia de pole dance y se convirtió en la encargada de entrenar a todas las participantes de Bailando por un Sueño, a partir de un contacto con la modelo María Vázquez, que fue una de las primeras en inscribirse.
Aunque suele decirse que el baile del caño consiste en aprender a bailar como una auténtica stripper, Legareta asegura que “es mucho más que eso, porque combina el baile con el erotismo, pero muchas de las mujeres que quieren aprender no tienen a quién mostrárselo y lo hacen para ellas mismas, para sentirse bien”.
Entre sus alumnas hay adolescentes, profesionales, amas de casa y hasta madres que acuden a los cursos con sus hijas. “Ninguna de las profesoras baila a la noche, sino que es gente preparada en coreografía y fitness, que se adaptó a esta nueva técnica”, apuntó.
“Las que vienen a aprender también son mujeres comunes a las que, como a mí, no les gusta el gimnasio y pretenden entrenar de otra manera”, añadió.
Es que, dicen los expertos, el pole dance no sólo ayuda a mejorar el cuerpo y el estado físico, sino que tiene efectos sobre el ánimo y la autoestima de las mujeres al permitir sacar a la luz el lado más sensual.
En países como Inglaterra, consiguió desplazar en las preferencias del público técnicas como el Pilates y los fabricantes de barras verticales multiplicaron sus ventas en los últimos años.
Aunque la mayoría de las alumnas de Legareta son mujeres, algunos hombres se animan y también se inscriben, “pero casi siempre se trata de bailarines que quieren perfeccionarse en este tipo de disciplina”, señaló.
Clases con espejos
Por ser un baile de alto voltaje, las clases de pole dance se organizan en grupos reducidos. El espejo es un elemento primordial para perfeccionar los movimientos aunque, dicen, no todas se animan a mirarse de entrada, “pero verse les permite saberse sensuales y se sienten muy bien”, opinó Legareta.
Si bien la edad promedio de sus alumnas oscila en los 35 años, entre ellas también hay abuelas de 60 y chicas de 14. Dijo que “la alumna más joven fue una adolescente de 14 años, pero para inscribirla requerimos la autorización de los padres”. Y agrega “a esa edad es un requisito indispensable”.
Legareta aseguró que su mayor esfuerzo siempre tendió a despegar el pole dance de la noche y los resultados parecen haberle dado la razón. “Es algo más deportivo, y de hecho vamos a participar este año, como lo venimos haciendo, del Pole Dance Champions Chips”, aclaró.
Las pone en forma
A la hora de bailar caño no influye tampoco el peso o el estado físico, “sino que sirve justamente para adelgazar y modelar el cuerpo, posibilitando -además- una mejor capacidad aeróbica”, precisó.
Asimismo, aclaró que las alumnas van pasando de nivel y que si bien la disciplina requiere de un exhaustivo entrenamiento “está bueno porque van viendo los resultados”, ya que “implica algo que además de usar la fuerza requiere que salga bonito”.
Legareta explicó que lo último es sorprender al novio durante la fiesta de boda. Para ello, muchas chicas toman clases de caño y en lugar de contratar a alguien hacen el show ellas mismas. Es que, finalmente, el caño posibilita un plus adicional y es aprender a seducir de otra manera, o sea, a sacar la perra que toda mujer lleva dentro.
Fuente : www.popularonline.com.ar
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