martes, 5 de enero de 2010

En el cielo de los grandes

Sandro, “el último ídolo”, fue amado y respetado como ninguno




El secreto con que el cantante supo rodear su vida y sus pasiones se mantiene a resguardo y éste no logra rozar siquiera la coraza de silencio que Sandro supo imponer sobre su intimidad.
El autor de “Rosa, rosa”, “Quero llenarme de tí” y “Dame fuego” ya lo había señalado años atrás cuando afirmó: “Como no saben nada, inventan y arman el misterio, pero lo mío es una vida privada como la de cualquiera, y basta con que yo y mi gente sepamos la verdad”.
Alguna vez concedió un reportaje a un canal latino de EE.UU. y ahí habló de sus parejas, su breve romance con María Martha Serra Lima, el muro de la casa de Banfield, su adicción al cigarrillo y la furia de frenesí que supo hacer estallar en la década del 70, al ritmo de una pelvis azarosa que prometía una pasión que siempre se mantuvo encubierta tras el gesto.
Nacido en barrio proletario de Valentín Alsina como Roberto Sánchez el 19 de agosto de 1945, Sandro debutó musicalmente con Los de Fuego a comienzos de los ‘60 para luego adosarle su nombre al conjunto hasta que partió para iniciar una carrera solista.
En la década del 70 sintetizó un fenómeno de sensualidad, camperas de cuero y contorsiones que había instaurado Elvis Presley en el Hemisferio Norte y que en la Argentina le pegó un par de cachetazos a la pacatería y el saco con corbata, liberando a las chicas de barrio de su pasividad inmóvil que eran carta de “buena educación” y recato.
Con argumentos propios y un estilo que se transformó en sello de fábrica, Sandro vendió más de 8 millones de discos de los más de 25 que grabó, fue estrella en films y el primer cantante latino en cantar en el Madison Square Garden con emisión satelital televisiva incluida, además de transformarse en ídolo en países como Venezuela, Costa Rica y Colombia, entre otros.
Este suplemento trató de ser una breve síntesis de una vida terrena que finalizó pero que, simultáneamente, dio nacimiento al mito definitivo y que ya está habitando un Cielo en el que estará sonriendo, por ejemplo, junto a Carlos Gardel.

Fuente : www.popularonline.com.ar



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