martes, 5 de enero de 2010

Sus rituales, una verdadera fiesta


Con Rita Cortese, uno de sus últimos trabajos.

Sandro trabajó incansablemente mientras el cuerpo le dio aguante. Sin embargo, sus problemas físicos se hicieron sentir en sus últimos dos espectáculos, obligándolo a cambiar de género: en vez de recitales entregó espectáculos musicales-teatrales, tal como lo hizo en “El hombre de la rosa” y “La profecía”.
En ambos, una trama dramática sostenía el hilo conductor del show, permitiéndole al ídolo un respiro entre canción y canción, mientras sus acompañantes en escena hacían su parte.
Así, en “El hombre de la Rosa” jugó un rol fundamental la simpatía y el histrionismo de Matías Santoianni, mientras que en “La profecía”, Rita Cortese se llevaba las palmas además de Sandro.
Ambos shows tenían una estructura básica de una hora y media a la cual el cantante le agregaba bises con sus temas clásicos de siempre hasta decir basta.
En ese marco se lo vio varias veces necesitar la asistencia respiratoria de un oxigenador, para cumplir con los rigores del show, hecho que el propio Sandro se tomaba a broma haciendo chistes que divertían a “sus nenas”.
No dejaba, sin embargo, de cumplir con rituales de siempre, como la rueda de la fortuna, en la que se sorteaba subir a escena con el astro para compartir un brindis y una canción, o de mover la pelvis con “Rosa Rosa”. Cada show suyo siempre fue una fiesta. Ellas, desempolvando vestuario “retro” de cuando iban a verlo con “Los De Fuego”. El calzándose al final de cada show la bata roja y entregando la yapa de algunos temas más allá de los previstos.


Fuente : www.popularonline.com.ar

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